Entre rosas y espinas,
se resbala la vida
construyendo caminos
de encontrados momentos
espinas que profanan
la adolorida carne,
y rosas que embellecen
dulces horas de calma.
¡Puede más una rosa
que cien duras espinas!
un capullo de ellas
bien vale mil espadas,
la dicha que se logra
por sobre los escollos,
es feliz horizonte
de una vida lograda.
Por eso, no te duelan
las espinas clavadas,
aunque llaguen tu piel
y trastoquen tu calma,
si al final de la senda
hay una aurora blanca,
como una rosa roja
asilada en tu alma.
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